Recuerdo cuando hace algunos años atrás yo lamentaba mi suerte por la enfermedad de Emilio.
 Hoy , ha pasado el tiempo y ya ni siquiera me atrevería a decir enfermedad,sino más bien hablaría de la condición autista o transtorno del desarrollo.... Veo a Emilio, con sus temas, su humor, su cariño, su especial forma de relacionarse con el mundo que siempre le valen el afecto de todos... y me doy cuenta cuán feliz me ha hecho, cuanto le debo, cuanto me ha enseñado...Tampoco es que diga que no duele nada... no sería cierto. Pero ya no caigo en banalidades lastimeras, sé que falta tanto por lograr aún , pero me siento con la fuerza y las herramientas para lograr mucho más, autonomía, respeto , un lugar social...Vencer la inercia y la discriminación ( en este punto la ley antidiscriminación cobra su mayor validez), crecer más aun , como familia, como individuos, confiar en sus capacidades, quizás aprender también a soltarlo un poco... uy! difícil pero necesario momento...
Qué equivocada estaba de autocompadecerme... cuando era una oportunidad privilegiada de amor y crecimiento!!
 Mi Emilio, tan lindo, un joven hoy, buenmozo y divertido,lleno de alegría y superación , vaya motor en mi vida!

 marcela