Ahora, cuando al parecer nada era como creíamos y que todo se deshizo, sólo tengo una esperanza: que al caer los telones, la verdad tan dolorosa sirva para aliviar la tensión de Emilio y que esto lo lleve a estar cada vez más tranquilo, menos agresivo. Si fuera así, habrá valido la pena. Si Emilio va mejorando, entonces la teoría de mi amiga no era tan esotérica después de todo.
Que mejore mi hijo, no quiere decir que se le pase el autismo... eso tengo claro no va a ser jamás así... pero que vivamos en paz, sólo eso pido y me importará menos la soledad.
Marcela